El linfedema no tiene cura, sin embargo existen distintos tratamientos que mejoran significativamente la calidad de vida de quienes tienen este padecimiento, como:

• Bypass linfático venular: Procedimiento mínimamente invasivo, se realiza cuando el linfedema ya está establecido, es una operación ambulatoria y con anestesia local.  El cirujano vascular a través de pequeñas incisiones reconduce la circulación del líquido linfático consiguiendo que drenen en venas del sistema circulatorio que no están obstruidas. Los pacientes pueden volver a casa luego de 24-48 horas de la cirugía.

• Trasplante de ganglios linfáticos: Es una microcirugía que puede realizarse para prevenir posibles linfedemas, se recomienda realizarla después de la extirpación de un tumor.  Consiste en extraer ganglios sanos de una zona del cuerpo donde sean prescindibles como la zona superficial de la ingle y trasplantarlos por medio de microcirugía, de esta manera los nuevos vasos crearán un nuevo sistema de drenaje y disminuyen la linfa acumulada.